La piel necesita cuidados básicos sea cual sea tu edad. Los signos visibles de la edad en tu piel, como las finas líneas de expresión y arrugas, pueden aparecer a partir de los 20. Pero el envejecimiento de la piel empieza antes de que lo notes.
Se habla mucho de como cuidar la piel del rostro, pero es importante cuidar también la del resto del cuerpo. Para saber cómo cuidar la piel del cuerpo es necesario tener en cuenta una serie de elementos, como la constancia, la periodicidad y la elección de los productos idóneos. La constancia está la base de una dermis sana y brillante, y no solo es necesario hidratar la piel en verano, sino todo el año, ya que cada piel requiere unos cuidados específicos, así como unos productos adecuados para ella.
Consejos para cuidar la piel
- Realiza una hidratación diaria. Lo primero y fundamental para una piel sana es la hidratación. Tras la ducha, un paso diario debe ser aplicarse una crema hidratante corporal en todo el cuerpo. Además, si se tiene una piel especialmente seca, la hidratación conviene realizarla dos veces al día, por la mañana y por la noche.
- Alimentación y deporte para prevenir la celulitis. Una alimentación sana y equilibrada que sea baja en grasas ayudará a mantener una piel más sana. Además, si unimos a esta dieta la práctica habitual del deporte se fortalecerán los músculos y la piel, y se evitará la aparición o el incremento de la celulitis o de la piel de naranja.
- Proteger la piel del sol. Este punto es especialmente relevante durante todo el año, pero sobre todo en verano. La piel está más expuesta al sol durante más horas, no solo cuando se va a la playa o a la piscina hay que aplicar una crema protectora. A diario se debe hidratar la piel con protección de factor alto para evitar quemaduras y los signos del envejecimiento por el sol.
- Evitar el tabaco. Un punto básico en el cuidado de la piel es intentar prevenir los agentes tóxicos externos como el tabaco. Este es perjudicial para los pulmones y el cutis del rostro, pero también lo es para toda la piel corporal. Por ello, dejar de fumar será una forma de cuidar más la piel.
- Realizar masajes en las piernas para prevenir varices. Las varices son una de las consecuencias de la edad, del mal riego de la sangre y de una piel poco cuidada. Por suerte hay formas de evitar su aparición. Los masajes diarios en las piernas favorecen la circulación de la sangre y mejoran la salud cutánea. Estos masajes se pueden realizar cuando se aplica la crema hidratante.
- Escoger los productos adecuados. Cada persona tiene un tipo de piel y se debe elegir los productos en base a ese tipo es crucial para que sean eficaces y la piel este sana. Las clasificaciones más comunes son: piel seca, piel grasa o piel sensible. Y para cada una hay cremas, lociones y tratamientos específicos.
- Usar jabones suaves y secarla adecuadamente. El Ph del jabón de la ducha también tiene que ser acorde al tipo de piel que se tenga y deben ser lo menos abrasivos posible. Además, tras la ducha la piel hay que secarla a conciencia y con mucho cuidado.
- Constancia. Sin duda la regla más importante para el cuidado cutáneo corporal es la constancia. Realizar el cuidado todo el año, no solo en verano, y a diario para que la piel no sufra, se mantenga hidratada y sana.
La importancia del colágeno
A medida que cumples años, la tasa de producción de colágeno disminuye un 1% al año, lo que provoca que la piel adelgace y se desarrollen finas líneas y arrugas. También se reduce la hidratación de la piel y la función barrera, haciendo que tu piel esté más seca.
El colágeno es una proteína que se encuentra en nuestro cuerpo y que cumple con funciones esenciales para nuestra vida. Se trata de una de las proteínas con mayor presencia en el organismo, llegando a encontrarse en el 30% del mismo, y se encarga de cuestiones relacionadas con la cohesión, la elasticidad y la regeneración de articulaciones, piel, huesos y otros tejidos del cuerpo humano.
La presencia del colágeno en todos estos tejidos es imprescindible para el correcto funcionamiento del cuerpo, siendo claves sus fibras flexibles y resistentes por capacidad para estirarse y compactarse, así como para cambiar de diámetro según el tejido del que formen parte. Estas propiedades son las que influyen en numerosos tejidos de nuestro cuerpo, que intervienen en que podamos movernos, estar de pie y tener buen aspecto gracias a su resistencia y flexibilidad. Sin embargo, y aunque el cuerpo es productor de su propio colágeno, la capacidad de regenerar y reponer esta proteína se reduce con el paso de los años. Así, se estima que a partir de los 25 el cuerpo empieza a perder esta capacidad progresivamente, algo que se vuelve más pronunciado a partir de los 30 y 40 años y que, a partir de ese momento puede redundar en problemas estéticos e incluso en algunos casos podrían ser también de salud. Por ello es importante reponer nuestros niveles de colágeno para retrasar la aparición de molestias y signos de envejecimiento.
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